Hacienda los Ángeles {Bodas diferente}
Hace veinte años nadie se planteaba celebrar su boda en las Haciendas y Cortijos de Sevilla. Ni los sevillanos, ni los propios propietarios de estos espacios pensaron jamás que estas antiguas fábricas de aceite fuesen a albergar bodas de todos los rincones del mundo: La aristocracia parisina, judíos neoyorquines, o la alta sociedad de oriente son asiduos a nuestras haciendas para celebrar su boda hoy en día.
La Hacienda los Ángeles fue unos de esos espacios rurales abandonados una vez llegó la mecanización del campo. Las tinajas que almecenaban el aceite se enterraron con escombros, se taparon las viguerías con techos de yeso, y las piedras de molino se enterraron para hacer de las antiguas naves almacenes de tractores y chatarra. Se acabó la época dorada de las haciendas, se pensó. Pero nada más lejos de eso, y pasados pocos años hubo alguien que planteó este patromonio arquitectónico de tanta belleza como un marco incomparable para celebrar una boda. Y se hizo la luz.
La Hacienda los Ángeles fué convento franciscano en el s.XVI, anteriormente posiblemente asentamiento romano. Pasados unos años pasó a manos de jesuitas, y tras la desamortización de Mendizábal, la adquirió la Casa de Alba. Desde este momento hasta el año 1992 fueron múltiples los propietarios de esta hacienda-convento hasta que prácticamente en la ruina, la adquieren los actuales propietarios y se plantean qué hacer para reconstruirla de manera sostenible. Y es así como este espacio hace ya 15 años comienza a reformarse boda tras boda, siempre con un solo objetivo: que mantuviese su esencia; una esencia conventual, austera y sobria como los monjes que en ella vivieron.
Y las bodas se adaptaron al edificio, y al edificio le sanaron las canas.
Hoy en día la Hacienda pone a disposición de los novios 10 espacios diferentes: 5 patios y jardines y 4 espacios interiroes, y un nuevo salón con cubierta de vidrio. Las bodas en Los Ángeles son bodas exclusivas, únicas, diferentes. En Los Ángeles se mezclan puertas de antiguos palacios de Marrakesch con buganvillas, jazmines, y albero. Se mezclan piedras de molino, con mantelerías de seda y rincones lounge. Se mezclan sabores, rincones, luces y sensaciones. Se mezcla oriente y se mezcla occidente…
Me encanta!! Es preciosísima esta hacienda! Cuantos rincones románticos. Que gusto celebrar ahí una boda.
Qué pasada, Alejandro!! Quién pillara una boda en un sitio de esos!! Sería un lujazo!!! Aquí en Galicia somos más de cuevas… (iglesias pequeñas con poca luz…, jajajaja). Abrazos!!!
precioso sitio!
la primera imágen simplemente marmoliana, genial!
enhorabuena y gracias por ponernos los dientes largos jejeje